La condición física de las personas que no realizan actividad física de manera regular empieza a deteriorarse de manera progresiva, lo que puede traer como consecuencias problemas de salud y por lo tanto una mala calidad de vida.
En la actualidad vivimos en una sociedad desarrollada que nos lleva a mantener una vida sedentaria debido al uso de medios de transporte, al tipo de trabajo, a la automatización de diversas tareas domésticas, etc.
Los Jóvenes y adultos entre los 18 y 64 años pueden dividir la actividad física en:
Entre los 18 y 30 años, por lo general, las personas no sienten la necesidad de practicar algún deporte o realizar algún tipo de actividad física para evitar el cansancio, el desgaste ó simplemente porque no presentan dolencia, malestar o enfermedad que lo amerite.
A medida que pasan los años esta necesidad se agudiza y comenzamos a plantear que es hora de cuidarse.
Durante la práctica de actividad física intensa (deportes principalmente) se produce un aumento de la temperatura corporal, como consecuencia de los procesos metabólicos propios de la actividad. Dicho incremento de la temperatura debe ser controlado por el cuerpo, el principal mecanismo para lograr esto es el aumento de la sudoración, con la consiguiente evaporación del sudor a nivel de la piel. Produciéndose una pérdida de agua y electrolitos, y la consecuente deshidratación.
Los requerimientos hídricos dependen de diversos factores como el clima, la intensidad del ejercicio y las características del propio adulto. Se aconseja la correcta hidratación antes, durante ó después de la actividad física.
Efectos beneficiosos:
La mayoría de las personas adultas pueden obtener diversos beneficios, tanto físicos como psicológicos:
Es muy importante incluir como parte del plan de alimentación un complemento nutricional que refuerce la alimentación y así prevenir deficiencias debido a que el requerimiento de macronutrientes (Carbohidratos, Proteínas y Grasas) y micronutrientes (Vitaminas y Minerales) se ve incrementado.
El mejor complemento y el más recomendado es: PVM
PVM aporta vitalidad necesaria para las actividades diarias y antioxidantes que ayudan a mantenerse joven.
PVM brinda mayor cantidad de proteínas, calcio, vitaminas A, B, C y D para complementar los requerimientos nutricionales que nuestro organismo requiere.
PVM es un producto no transgénico (sin manipulación genética).
Adicionalmente para quienes sufren de intolerancia a la lactosa o son alérgicos a la proteína de leche está disponible PVM Sin Lactosa, elaborado con proteína de soya.
PVM se disuelve fácilmente cuando se prepara en forma apropiada, sin dar lugar a la formación de grumos. Puede administrarse directamente a la boca o ser disuelto en líquidos o alimentos blandos.
Modo de preparación:
3 cucharada de medida con leche, jugo de frutas (naturales) ó yogurt, 2 ó 3 veces por día.
Adolescentes y adultos jóvenes entre los 18 y 30 años, por lo general no realizan actividad…
Comer fuera de casa es parte de nuestra vida, ya sea por una reunión de trabajo, una salida…
Tanto para hombres como para mujeres, hay una relación muy estrecha entre la edad y la pérdida…
En nuestro país, el 33.1% de adultos mayores padece de sobrepeso y obesidad, según fuentes…